Pocas personas
creen en nosotros, pocos creen que la luz brilla y que parpadea por propia
voluntad. Pocos creen en la libertad del aire, en el silbar del viento o en el
calor del Sol, así como el frío de la Luna. Siempre relacionamos sensaciones
pero yo relaciono luces, colores y emociones.
Nosotros somos la
Luz, aquella que nos aportan las estrellas, así que tenemos su emoción, su
brillo y su resplandor. Soy el sonido que oyes cuando el viento sopla a través
de las hojas de un árbol, no me creas, tal vez no existo y solo me sueñas, solo
soy brillo. Solo soy yo, cuidando de ti.
Los niños nos ven,
será por su inocencia o por lo que les inculcan las películas. Los animales nos
huelen, porque olemos a fresas, pero solo pocos mayores nos notan, porque creen
en nuestra presencia. Soy invisible, pero también brillante, soy pequeño y a la
vez grande, soy el bien y también el mismísimo mal. La gente me anhela y otros
me espera. Cuido de muchos, me llevo a otros cuantos, los protejo y los sirvo
hasta que están cansados.
Ahora mi pregunta
es ¿Quién soy? O mejor aún ¿Qué soy?