domingo, 23 de febrero de 2014

¿Saco o boxeador?



Erase una vez una pequeña pieza de lona, que no pertenecía a nadie ,a nada. Un día la utilizaron cosiéndola a otras piezas de lona, alegres y cariñosas, se sentía bien, eran una familia. Un día su dueño los vendió, y los llevaron a un edificio de cristal donde la gente corría y reía, los colgaron de una cuerda, y todos jugaban a empujarlo de un lado a otro como un saco. Se hicieron amigos de muchos de los que jugaban con ellos. Del uso muchos de sus pedazos acababan rompiéndose pero el saco seguía ahí , y nuestra pieza de lona seguía ahí. Un día uno de sus amigos que más jugaban con ellos, llego triste y cabreado al lugar, hablo con la pieza y esta intento consolarlo pero el otro no se dejaba así que el chico empezó a golpear al saco, sin ningún cariño, sin ningún afecto. En las partes de las lonas rotas, donde al saco más le dolía, la pieza no entendía porque aquel ser al que quería le hacia semejante daño. Al finalizar el ataque de rabia el chico se dio cuenta del estropicio que le había provocado al saco, le pido perdón y le reparo las partes dañadas, pero el saco, la pieza, jamás volvieron a dejarse ser golpeadas por nadie. Porque no todo lo que se repara queda curado.

Yo soy la pieza. Que he tomado el papel de boxeador.


 

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